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miércoles, 17 de agosto de 2011

Fantasmas orientales.

Un fantasma se le aparece a un guerrero en este grabado japonés. En la creencia asiática no existe un límite marcado entre el reino de los vivos y el de los muertos, y pueden desarrollarse relaciones entre ellos.

En la batalla naval de Danno-ura, cerca del puerto de Shimonoseki, Japón, en 1185, el clan Minamoto derrotó al clan taira, incluyendo al niño emperador Antoku Tenno. Durante siglos, los navegantes temieron surcar aquella zona por miedo de que los taira surgieran de las profundidades para hundir sus barcos. Los pescadores  contaban historias acerca de fantasmales fuegos malignos oscilantes y fragores de batalla que llevaba el viento desde el mar.
Con el tiempo se construyó en Shimonoseki un templo budista llamado Amidaji, que después se convirtió en un santuario sintoísta llamado Akama-jingu. Allí se ofrecían plegarias para pacificar las almas de los muertos y a su familia. Sin embargo, a veces los espíritus inquietos seguían molestando a los seres vivos.
Hoichi, un músico ciego que tocaba el biwa (instrumento semejante al laúd) y que vivía en el templo a mediados del siglo XVIII, se distinguió recitando la historia de la batalla de Dannoura. Tan famosa era su interpretación que, sin que él lo supiera, los muertos taira lo llamaron para que tocara ante ellos. Todas las noches, un guardia armado lo conducía a una mansión en apariencia solitaria, donde creía entretener a una familia noble. Inquietos por las desapariciones nocturnas del músico, los criados del templo registraron el pueblo y finalmente descubrieron a Hoichi arrodillado ante la tumba de Antoku Tenno. Recitaba con pasión ante una vasta audiencia de fuegos diabólicos.
En las literaturas china y japonesa abundan historias de mortales que inadvertidamente tratan con muertos. Por ejemplo, un sabio chino pasó extasiadas noches con una hermosa y misteriosa mujer. Sus amigos descubrieron que la "mansión" que visitaba era una ruina y que si amada llevaba enterrada varios siglos.
En Occidente, los muertos pasan a un paraíso o infierno distantes, pero los asiáticos no son tan estrictos en el límite entre el reino de los vivos y el de los muertos; el velo  que los separa es frágil y se rompe con facilidad, permitiendo relaciones entre ellos. Hoichi tuvo suerte de vivir para contar la historia. Los taira pudieron haberlo destruido si un sacerdote no hubiera reconocido el peligro y si no hubiera parcheado el velo roto con escritura sagrada.

1 comentario:

  1. ¡Por fin! Hacia tiempo que "Sobrenatural" estaba parado. Es muy interesante el tema de los espíritus y los fantasmas y la concepción oriental del más allá... ¿Fueron ellos los que exportaron a occidente el tema de los "Polstergeist"? Quizás este sea una readaptación de la visión cultural oriental de la relación que existe entre lo vivo y lo muerto.

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